domingo, 11 de diciembre de 2011

Las cosas cuánto más claras mejor.





Ayer, ayer fue el día.
Empezamos tranquilos, con bromas, acabé revolucionada, cabreada y agobiada. Salí y bromeé aún más, me reí, me desesperé, me alegré, aconsejé, escuché, todo iba bien hasta que tras leerme aquel texto, te chantajeé y me echaste las cosas a la cara. Tu te lo tomabas a broma, y yo en cierta parte también. Me dijiste todo lo que había hecho mal este tiempo, todas las mentiras para que por fuera se me viera mejor. Porque por dentro soy una puta mierda, todas las locuras que había hecho que están mal, las cosas que había ocultado, todo lo que tu sabes, porque eres la que mas sabe de mi y te guardas mis errores, quedan entre tú y yo.
Tras chantajearme tu, después de todo lo que me dijiste, sinceramente me quedé sin palabras, no abrí la boca...
¿Tantas cosas malas había hecho? ¿Tan mala persona había sido? ¿Tantas mentiras había dicho? ¿Tanto la había liado? ¿Todo eso es lo que tú ves en realidad?
No paraba de darle vueltas, todo eso relacionado con el... digo que le quiero pero, ¿tantas gilipolleces he hecho sin demostrarle lo que de verdad soy? No se... en ese momento solo tenias ganas de desaparecer, de borrar mis errores de haberme mostrado desde el principio tal y como soy, sin ninguna gilipollez ni mentira, porque cuando empiezas algunas mentira, por muy pequeña que sea, con el tiempo cada vez es más grande, no tenía fuerzas ni para celebrar un gol de mi equipo, me quedaba tumbada, y decía: bien, otro con un tono monótono. Estoy metida en un callejón sin salida....

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