viernes, 18 de abril de 2014

Tragar tu muerte.

Tu mundo se destroza, sientes que quedan todos los pedazos rotos en el aire, los ves, el brillo del sol los traspasa y casi te dejan ciega.
En un momento lo piensas: "no estaría mal". Es lo que quieres y lo intentas. Estás cansada, vas cerrando poco a poco los ojos, empieza a hacer efecto. Ves tu vida pasando a cámara lenta frente a ti, todos y cada uno de los buenos recuerdos. "Ya casi está, es como en las películas, una luz blanca y todo habrá acabado" piensas. Sientes que cada vez estás más y más cansada, pero de repente, una fuerza te levanta dejándote una imagen en la cabeza.
"Otra vez jodiendo". Su imagen de nuevo cruza tu mente, unas palabras escritas horas antes se cruzan por tu cabeza "No puedo verte así, te quiero", recuerdas lo sucedido "Te odio", piensas en lo que has hecho y cómo ha afectado todo "No puedo verme así, no puedo soportar esto sola" Sentimientos contradictorios que afirman lo que esta sucediendote.
Tal vez sería difícil arreglarlo aunque merecería la pena, pero claro, no vas a ser bienvenida, y no estas dispuesta a pasar por esa humillación, aunque estés perdiendo la vida.Una fuerza mayor te empuja hacia atrás.
"Él no querría esto, él no querría que acabase así" pero no puedes avanzar, no puedes responder a las señales, se acabó, tu fin ha llegado, y decidida, decides tragarte tu muerte, cerrar los ojos y dejarlo todo atrás, para siempre.
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Una imagen de tus padres pasa delante de tus ojos, espera, no es una imagen. Están abriendo la puerta de tu habitación, te ves a ti, lo cual significa que tu objetivo se ha cumplido. Tu madre llora junto a tu cuerpo, tu padre llama buscando ayuda, pero ellos no saben que ya no pueden hacer nada. Todo ha acabado al fin. Quizás por miedo, quizás por rencor, por dolor, orgullo o por no tener valor. Pero al fin y al cabo, acabado. 

Tu cuerpo frío y muerto agarra una llave, un mensaje a la vida que perdiste.