martes, 5 de diciembre de 2017

Me echo de menos

La luz del sol se asoma entre las cortinas de mi habitación ya pasado el mediodía. Apenas abro los ojos y siento que necesito más descanso. Hace apenas unas horas vi amanecer tras una dura y larga noche que muy a mi pesar no fue acompañada por tus inquietudes, caricias, sueños o risas cómplices.

Mientras me preparo para comenzar el día siento que algo me falta. Me falto yo. Observo mi cara en el espejo e intento encontrar la más mínima señal de mi presencia en ese cuerpo reflejado. Para mi sorpresa solo encuentro un rostro derrotado, triste, sin ánimos. Y me duele, porque en ese momento me doy cuenta de que no solo te he perdido a ti, sino que también me he perdido a mi misma; esa parte de mí contigo tan mía y que tanto me gustaba pero que se me ha arrebatado.

Y me echo de menos, a mí; a esa yo feliz, positiva y alegre, a esa yo tan romántica y risueña. A esa yo que sabía lo que quería y luchaba por ello hasta el final. Esa yo que pensaba que el amor podía con todo. A esa yo que sentía que estaba viva.
Por el contrario me encuentro con algo muy distinto, alguien perdido, una persona a la que no le nubla el odio, la decepción o el enfado sino que está llena de un amor puro y real por el que no le dejan luchar; y que permanece ahí, en su interior, como si todo siguiera igual. 

Doy vueltas y vueltas intentando encontrarme sin conseguirlo. La teoría parece sencilla pero debe ser que se ha perdido la parte de mi que le encontraba sentido a las cosas; ni si quiera se ha mostrado esa parte que encontraba en las palabras alivio, comprensión y desahogo. Las frases se me quedan a medias y parece que reflejan la parte de mi que se ha quedado y la que ya no está.

Y ahora solo quiero volver a ser yo, si es posible, contigo; y si no, conmigo.



No hay comentarios: