domingo, 28 de abril de 2013

Estrella traicionera.


Aún recuerdo tu mano sobre mi mano, alzadas en aquel inmenso cielo negro en busca de una estrella de la que hacer nuestra. No importaba la oscuridad ni el frió, solo nos centrábamos en encontrar esa luz que nos diera un trocito más de amor para nuestra colección. Y yo no quería encontrarla, quería que aquella búsqueda fuera eterna, simplemente para poder pasar todo el tiempo rodeada por tus brazos y en contacto con tu piel. 
Sentirte mío, para siempre.
Pero para nuestra desgracia, lo deseado nuca llegó. Encontramos nuestra estrella, sonreímos, añadimos el pedacito de más a nuestro corazón y todo se desbordó. 
Cada uno siguió su camino, sin saber que nunca más nos volveríamos a encontrar, que todo quedaría en un recuerdo. 
Pero a mí, a veces, me gusta volver a alzar las manos el cielo en busca de aquella estrella traicionera, aquella estrella que puso el tope a nuestro amor, alzar mis manos exploradoras por el simple hecho de sentirte cerca una vez más.

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